Los muchachos de antes no usaban gomina.

 "Un joven de buena familia que aconsejado por su padre, rompe con una relación para casarse con una chica de la alta sociedad. Ya en la madurez, casado, viejo y aburrido, rememora con tristeza los tiempos pasados." Filmaffinity

De mis pasatiempos preferidos está ver cine clásico, me gusta ver todo el ambiente que envuelven las películas, esa magia del cine de aquella época, pero también la fuerza de la actuación de esos actores, conjuntamente con el mensaje que dejaban esos clásicos. Este título de esta película, lo relaciono mucho cuando veo a nuestra juventud, me remonto a aquella época en la que tuvimos la nuestra y las cosas que hacíamos, pero siempre resaltando en mi memoria la crianza que recibimos, el respeto hacia los demás y como escuchabamos y reverenciabamos a nuestros padres, ellos eran nuestros ídolos, eran la figura de mayor jerarquía, luego venían los familiares cercanos y amigos, y en ese orden seguían los vecinos que eran nuestras familias más cercanas. La nostalgia me invade tal cuál el protagonista de esta película, que con un tango (la cherry del pastel en toda la película) rememora lo que fue, lo que pudo haber realizado y ve a través de su hijo que valió la pena la crianza dada a él y aunque a raíz de la decisión que tomó por conveniencia social y económica, no tuvo una vida feliz, sí reconoce que en cualquier momento puede cambiar su accionar, que aunque no se la jugó por la Mireya (su amor de juventud) si aquella gallardia le salió años después en esta escena, porque eso, el no haber tomado la decisión que su corazón quería, lo atormentó toda su vida. Los años nos enseñan lo que vale la pena, a disfrutar y darnos cuenta que todo pasa y al final todos buscamos ser felices, lo material no cabe en el corazón, la soledad acompañado es nociva para la salud y a veces solo los recuerdos mantienen vivos algunos corazones, porque el cerebro no relaciona pasado o presente, solo sensaciones y allí en la madurez de nuestras vidas, es que hacemos el recorrido de lo que fuimos y somos.. Pero siempre se puede tomar acción, aunque sea al final de la película, como en este clásico argentino.

"Los muchachos de antes no usaban gomina. ¿Te acordás, hermano? ¡Qué tiempos aquellos! ¡Veinticinco abriles que no volverán" Tango

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