Deja que te duela

 "Y el coraje que siempre derramas

ojalá te lo dedicaras,

ojalá verte como una niña

cosiéndole plumas de viento" La otra

Estoy molida, pienso.. Ah pero con el yoga lo compenso y así voy equilibrando una semana de mucha actividad a todos los niveles..para llegar a lograr metas, y más en el plano de acondicionamiento físico, pasaremos por ciertos días que hasta las uñas duelen y si te ha tocado varios kilómetros, pues ahí es que la cosa se pone buena. El musculo al adaptarse ocasiona cierto "dolor" al ir tomando forma, solo así el va creando esas curvas qué a todos nos gustan ver, pero que nos cuesta trabajar, pero hay que aguantarse, ir creando resistencia al dolor, los que hacemos varias disciplinas, no somos más fuertes que los demás, sinó que vamos desarrollando un mayor umbral de tolerancia al dolor físico y eso se extrapola a la vida misma, porque crecer duele a veces, para construir algo nuevo a veces hay que dejar lo viejo, patrones, conductas que son autodestructivas, crear de cero. La única manera a veces que aterrizamos es cuando nos enfrentamos a situaciones adversas, cuando tenemos que apretarnos a todos los niveles y si recordamos que es solo un instante, que es un aprendizaje, que tenemos que pasar ese momento con buena nota, para pasar a otro nivel y que no repitamos el curso, tenemos que aprender a sobrellevar ese dolor o incomodidad, pero ojo es solo para atravesarlo, porque sinó, se convierte en un sufrimiento eterno y la vida no es eso, es aprendizaje y disfrutar lo que te llena, regresar a la niña interior, a la creencia que tengamos y rendirnos al fluir de la vida. Todos tenemos el coraje y determinación para cruzar cualquier tormenta, sobreponernos a cualquier desafío que la vida nos ponga, no debemos temer, a veces duele poquito, pero pasa, y eso es lo que debemos recordar cuando nos toque, esto pasará y será parte de mi aprendizaje en este plano, de mi depende asimilarlo, interiorizarlo para no repetirlo y redescubrirme. Iniciamos un nuevo mes, ya a mediado de años, nos toca replantear la meta, ver si vamos bien y no estancarnos en lo que pasó, solo seguir con ojos de niño y una sonrisa, confiando en el orden divino, que todo lo pone en su justo lugar, creamos o no. 

Deja que te duela

lo que tenga que doler,

que eso que te inunda el pecho

no se puede retener.

No encierres la vida que corre

por debajo de tu piel,

deja que pase el invierno

y mírate reverdecer.

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