Levanto mis manos
"Pero los que esperan en Jehová renovarán sus fuerzas; levantarán alas como águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán". Isaias 40:31
Cuando voy montaña arriba , una de las formas que ayuda a avanzar son los brazos, lo que llamamos el braceo, eso que vemos en los corredores tratando de coordinar con las zancadas es lo que nos da el equilibrio. Los brazos y todas sus extensiones son una parte del cuerpo que damos por sentado y que olvidamos que muchas veces ese lenguaje corporal es el que nos auxilia en ciertos momentos; uno de esos actos es alzar las manos, al hacerlo nos obligamos a elevarnos, a arrancar , pero sobre todo el simple acto es una invitación a que la divinidad fluya a su modo, es una muestra de rendición y veneración al mismo tiempo del poder que confiamos nos sostiene y alimenta...los niños pequeños alzan sus manos hacia sus padres en señal de ayuda, así mismo clamamos nosotros en ciertos momentos..también las alzamos para festejar, ese simple acto hace que cambiemos nuestros rostros, es difícil alzar las manos y que no haya un cambio en su rostro. Usamos este acto también para llamar la atención donde estemos, para decir aquí estoy. El lenguaje corporal es más que el que expresamos, pero aunque nos sintamos abatidos, confiemos en la divinidad y alcemos nuestras manos en señal de que confiamos en su fluir.
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